Un velo que se cruza definitivamente antes que ocurra nada. Después alguien imagina lo ocurrido que nunca ocurrirá y nadie considera verdadero ningún momento,sino aquél que nunca ocurrió.
Entonces ella produce luz cuando vibra su cuerpo, abro los ojos para verla temblar y Ella me enceguece con su luz.
Al compás de los últimos movimientos de su cuerpo todo es gris.
Y el gris es más que la soledad, más que el silencio, como cuando las piedras se defienden de las piedras, como cuando la noche estalla de oscuridad y sombras.
Ella, todavía, es poesía. Animal de luz, bestia del tiempo, baila para mí, última danza.
Yo era el inefable hombre de las cavernas, buitre feroz en busca de carroña, caía, con toda mi destreza, sobre tu pequeño tiempo muerto entre la niebla y me lo comía.
martes, 17 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario