jueves, 30 de abril de 2009

Los Budas

Todos los Budas son independientes. Aunque esten entre la multitud, se encuentran solos.
Aunque esten en el mercado, no se encuentran allí.
Aunque se relacionen permanecen separados.
Hay una especie de distancia sutil que siempre está ahí.
Y esa distancia es Libertad, es un gran júbilo, esa distancia es vuestro propio espacio.

Celebrad la soledad, celebrad vuestro puro espacio y una gran canción surgirá en vuestro Corazón. Y será una canción de percepción, de meditación. Sera la canción de un ave sola que llama desde la distancia.....no llama a alguien en particular, sino que lo hace porque su corazón esta lleno y quiere llamar a la vida, como la nube que está llena y quiere llover, como la flor que está llena y los petalos se abren y la fragancia queda liberada...Sin una meta fija.
Dejad que vuestra soledad se convierta en una danza.
Osho


Sidhartha Gautama (563 AC-486 AC).
Fundador del budismo.
El Buda fue un legendario sabio nacido en Lumbinī, Nepal. Es una figura religiosa sagrada tanto para budistas como para hindúes (dos de las más grandes religiones del mundo). El fundador del Dharma y primer Gran Iluminado para el budismo y la encarnación del dios Vishnú para los hindúes.
Frases del Buda
- Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas.
- Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos.
- Avanzando estos tres pasos, llegarás más cerca de los dioses: Primero: Habla con verdad. Segundo: No te dejes dominar por la cólera. Tercero: Da, aunque no tengas más que muy poco que dar.
- Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo.
- No hay incendio como la pasión: no hay ningún mal como el odio.
- Ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo.
- La reflexión es el camino hacia la inmortalidad (nirvana); la falta de reflexión, el camino hacia la muerte.
- El insensato que reconoce su insensatez es un sabio. Pero un insensato que se cree sabio es, en verdad, un insensato.
-Larga es la noche para el que yace despierto; larga es la milla para el que va cansado; larga es la vida para el necio que no conoce la verdadera ley..

miércoles, 29 de abril de 2009

El Retrato de Od Nam Ra

Od Nam Ra, hijo de Od Noi Ri
Pintado por: " Chebis "
Al verlo, pensé, que se trataba del retrato abstracto de algún Dios oscuro, del antiguo Egipto, Osiris, el dios de la resurrección, símbolo de la fertilidad y regeneración del Nilo, tal vez o el enterrador Anubis, Señor de la necrópolis, mezclado con un perfil psicológico Misterioso, analítico, oscuro, lleno de artimañas y de origen incierto, como el de Hades, señor del inframundo, temible para aquellos que aún vivían. No era, sin embargo, un dios malvado, pues aunque era severo, cruel y despiadado, no obstante, era Justo.
Los colores calidos y Dionisiacos en combinación con las líneas curvas, inducían a una sensualidad morbosa, afina a la embriagues delirante portadora del éxtasis.

Al analizarlo con mayor detenimiento, no pude dejar de recordar, el libro de Dante, más específicamente, el canto undécimo del purgatorio, en el cual se canta la oración de los soberbios, la que dice:
“Oh, Padre nuestro, que estas en los cielos, alabados sean tu nombre y tu gran poder sobre todas las criaturas; así como se deben dar gracias a las dulces emanaciones de tu bondad. Venga a nosotros tu reino, al que no podemos llegar por nosotros mismos, a pesar de toda nuestra inteligencia, si el no desciende hasta nosotros…

martes, 28 de abril de 2009

NINA SONCCO, Los sueños del condor azul III

El sueño de la lluvia

Era en Abril, la noche de la Luna creciente, cuando soñé, que de pronto aparecí en mi apartamento, en compañía de Andreas el pintor, discutíamos acerca del sentido del arte, cuando el cielo se tiño de rojo y una gran lluvia se desato, subimos ambos al techo a contemplar la lluvia y sentimos que el agua que caía del cielo estaba caliente como una ducha, entonces la espontaneidad despertó en mi y me dieron ganas de tomar un baño, aprovechando esa gran ducha, así que baje y saque de adentro mi shampoo y mi jabón, me desvestí, volví a subir y comencé con el baño, se sentían tan confortables esas gotas grandes y calientitas, cayendo sobre mi cabeza llena de la espuma del shampoo y mi cuerpo desnudo, al verme Andreas reía a carcajadas, cuando de pronto el agua se enfrió y el cielo torno de rojo a negro y toda la energía del paisaje cambio, lo volcanes emanaban una vibra hostil, y del cielo comenzaron a caer los rayos, llenos de espanto, de un salto bajamos y entramos a mi apartamento, y los rayos caían cada vez mas cerca, como si me estuvieran buscando, Andreas atónito no decía palabra alguna, sus ojos asustados lo decían todo, yo por mi lado, apague el televisor, mi celular, el refrigerador y cuando objeto eléctrico había en mi casa, creyendo que cualquiera de estos podrían atraer los rayos, de pronto una oscuridad absoluta cubrió el lugar, acompañada de una risa horrorosa, y se presento, flotando, una silueta horrible delante mió, era una mujer vieja y gorda, con ojos oscuros y violentos, los pelos de sus cejas eran muy largos y poblados, todos despeinados y maltratados, vestía una tenebrosa túnica de negro y morado, y me dijo: - “Aquí esta tu brujita”; me alzo en brazos y me saco volando y me dijo: - Ahora si, iremos a Ganímedes como te prometí, su aliento olía a perro; completamente asustado, Yo lance un grito que me salio desde las entrañas y con mi mano derecha intente destrozar su maldito rostro y con mis dientes mordí su hombro hasta que sentí el hueso; La bruja llena de dolor, vocifero maldiciones en contra mía y del universo, soltándome de pronto, yo caí a cinco cuadras de la plaza de Cayma, comencé a correr hacia la plaza, pues yo vivo una cuadra mas arriba de esta, en medio de mi carrera, sentía los tobillos destrozados por la caída y mi cuerpo cada vez me pesaba mas, cuando atravesé la plaza y cruce el segundo arco, caí de rodillas y sentía que pesaba una tonelada, cuando vi hacia mi casa, aprecie que toda la cuadra estaba gobernada por la oscuridad, entonces, sin ánimos y sin fuerzas me deje caer, ya mi cara en el piso, cerré los ojos, cuando sentí una sensación de levedad, abrí los ojos, y me encontré dentro de mi casa en la cochera, mi cuerpo flotaba como a veinte centímetros del suelo, sin poder moverlo a voluntad, me quede flotando y pensaba para mi corazón: Si, esto es un sueño, mi alma desprendida, esta flotando en este lugar, ¿pero ahora?, ¿como hago para volver a mi cuerpo?, cuando de pronto el buen Socrión (el perro de mi hermana), se paro al frente de mi alma flotadora, con esa mirada que siempre emana ternura, levanto sus orejas y me comenzó a ladrar, cuando intento lamerme, aparecí en el baño de mi apartamento, mirándome al espejo, y me di con la sorpresa que me habían crecido unas orejas de burro, triste en mi alma, comencé a acariciar mis nuevas orejas, recordé el cuento de Pinocho y desperté; eran las cuatro de la mañana, agradecí por haber despertado, pero esa noche no volví a conciliar el sueño.

viernes, 24 de abril de 2009

NINA SONCCO, Los sueños del condor azul II

El Sueño de Silvia y Carmela

Pasados tres años de la Muerte de Carmela, una noche entre las noches, soñé que anduve caminando por unas calles oscuras, en compañía de Silvia, donde los árboles parecían danzar tristes melodías, en medio de la oscuridad que abatía cruelmente ese lugar, observe a los lejos una luz que resplandecía, Silvia se me adelanto en veloz caminar y recogió aquella luz con sus propias manos, resulto que esa luz, era una balanza de oro que resplandecía como una estrella. Silvia con la balanza en sus manos, me miro fijamente a los ojos, en ese momento la balanza se inclino a la derecha, y debajo mió desapareció el piso y comencé a caer, la caída parecía interminable, hasta que por fin caí en una piscina de aguas tan cristalinas, que observe las burbujas brillantes emerger a la superficie, delante de mis ojos.
Una vez fuera de la piscina, el sol brillaba, sobre mi cabeza, cuando una silueta de mujer, resplandeciente como luna, se acerco a mí y me dijo: - Eh venido a visitarte ¡oh, el mas querido de mis hijos¡. Cuando pude apreciar su rostro, me di con la dichosa sorpresa que se trataba de Carmela; y le respondí: - pero como, ¡amada madre de mi madre! as venido a visitarme, ¿acaso no estas muerta?, a lo que ella respondió: - ¡Mujer fui, ahora espíritu soy!, obtuve el permiso del administrador del universo, para venir esta noche a visitarte en tus sueños, lleno de alegría, alce mis brazos para abrasarla, entonces entendí, que el espíritu no se puede sostener con manos de carne y hueso, contemplándola le pregunte: ¿Mamama, te encontraste con aquel amante tuyo, y padre mió, ese que anduvo perdido y que Silvia nunca conoció?, Carmela, suspirando profundamente, me respondió: - Es un largo camino, el que las almas emprenden, en su viaje de vuelta al padre, y el me lleva amplia delantera. Por mas que lo busque, aun no lo e podido ver; yo, haciendo esfuerzo, para comprender aquellas palabras, le dije: - Descríbeme ese camino del que me hablas, quiero saber que es lo que le espera al hombre nacido de mujer, después de abandonar este mundo; Carmela levantado la mirada al firmamento, me dijo: - As de saber, hijo mió, que el camino para llegar al cielo, es semejante a unas escaleras, que conducen a las personas, por una casa, de la parte baja hacia las altas estancias, cada escalón es un mundo, en el cual vas purificándote y aprendiendo nuevas verdades acerca de la creación, por suerte, allí están los Ángeles, hermosos y obedientes seres de luz, fieles a dios como un perro a su amo, los cuales nos van guiando y enseñando el camino, y nunca nos dejan solos. Lleno de esperanza, ante esas revelaciones, exclame: Que alegría traen a mi corazón tus enseñanzas, amada madre, quiero que vengas siempre a visitarme y me cuentes todo cuanto aprendas en tu viaje; Carmela sonrió y me dijo: Hijo mió, esta será la ultima vez que te visite, pues es hora de que suba al siguiente escalón, donde nos tienen vedado el venir a esta tierra de los vivos; solo una vez mas, me será permitido volver, el día que venga a recoger a la tía Yoli, para librarla de su triste y solitaria vejes, pues esa tarea me a sido encomendada, por los numeres celestiales. Llore al comprender sus palabras, pero lleno de esperanza, de que algún día entre los días nos volveríamos a ver, deje que se vaya. A la mañana siguiente, apenas rayo la luz del alba, desperté y fui al cuarto de Silvia a contarle mi sueño.

miércoles, 22 de abril de 2009

NINA SONCCO, Los sueños del condor azul

El sueño de la Orca

La noche de la quinta luna llena, del año siete, de este milenio, ya acostado en mi cama, justo cuando el primer sopor del sueño, dulce don del cosmos me abrazaba, una energía extraña envolvió mi cuerpo aquella noche, pude sentir claramente, como si se estuviese abriendo una puerta energética, a la altura de mi frente, en eso sentí como que una fuerza invisible me absorbía desde el interior de aquella puerta, todo mi cuerpo astral estaba siendo llevado hacia otro mundo; Entonces yo sentí mucho miedo y trate de luchar por mantenerme despierto, pero una vez que las fuerzas y la conciencia me hubieron abandonado, mi cuerpo cayo en un profundo sueño; Entonces soñé que mi frente estallaba, como si fuese un volcán en erupción y del interior de mi cabeza salía volando un Cóndor de fuego, el cual voló hacia un lago de impetuoso caudal y broncíneas aguas donde bahía un hombre que se estaba ahogando, y con su mano izquierda pedía mi auxilio, cuando vi, a través de los ojos del cóndor, pude ver que aquel hombre que se estaba ahogando era yo mismo, una vez hube tomado conciencia de aquella visión, me encontré a mi mismo hundiéndome en aquellas aguas que ahora eran rojas, completamente consternado, contemple al cóndor volando hacia mi, abrió sus garras, las cuales eran de un fuego que no quemaba, me agarro de los hombros y levantándome en vuelo, me salvo y me llevo a mi casa, estando ya a salvo el cóndor desapareció, luego me dirigí a la sala de mi casa, cuando sentí arcadas muy fuertes, entonces me dieron ganas de vomitar, unas arcadas violentas tan fuertes que ni siquiera pude ir corriendo al baño, los fluidos amargos escapaban por entre mis dientes, en lo que estaba vomitando cuando una arcada me doblo en dos y quebró mis rodillas, entonces vi, que lo que estaba vomitando era una orca, si una orca, de mi estomago había salido una ballena viva, la que apenas estuvo libre bajo las gradas( pues vivo en un 3er piso) y se dirigió hacia los árboles de la huerta de mi vecino, la huerta se transformo en un bosque de inmensos verdores, entre los cuales ella se perdió.
Al día siguiente desperté radiante, como si hubiera vuelto a nacer, comprendí que esa orca del sueño, simbolizaba, muchas de las impurezas que contaminaban mi alma, y que esta en el viaje astral que tuvo la noche anterior, logro purificar.

viernes, 3 de abril de 2009

Mariano Melgar

Nació "En Arequipa, eterna primavera", el 10 de Agosto de 1790, León Astrologico, que atribuía el "divino ingenio" del poeta.
Iniciador del Romanticismo en esta parte del mundo. En él el romanticismo no es imitación de lo que ya se hacía en la Península Ibérica o en Francia, sino un sentimiento profundo y propio, no olvidemos que fue un joven y precoz poeta que no alcanzó a madurar porque la muerte lo sorprendió buscando la patria libre. Mariano Melgar expresa un sentimiento andino/mestizo, que nadie se había atrevido a exponer hasta ese entonces en una sociedad tan prejuiciosa y españolizada

"¿Con que al fin, tirano dueño?"

¿Con que al fin, tirano dueño, Tanto amor, clamores tantos Tantas fatigas No han conseguido en tu pecho Más premio que un duro golpe De tiranía?

Tú me intimas que no te ame, Diciendo que no me quieres, ¡Ah vida mía! ¡Y que esta ley tan tirana Tenga de observar, perdiendo Mi triste vida!

Yo procuraré olvidarte, Y moriré bajo el yugo De mis desdichas; Pero no por eso juzgues Deje de hacerte sentir Mis justas iras.

Muerto yo, tú llorarás El yerro de haber perdido Un alma fina; Que aun muerto sabrá vengarse Este mísero viviente Que hoy tiranizas.

A todas horas mi sombra Llenará de mil horrores Tu fantasía Y acabará con tus gustos El melancólico espectro De mis cenizas.