viernes, 20 de febrero de 2009

NINA SONCCO


Oh, Señor Inti ! Luminoso Dios Sol.
Háblame de ese Jaiv, el de Corazón de fuego.
Se dice, que nació en un hermoso valle,
Rodeado de nevados y a los pies de un volcán.
Cuentan que el héroe poseía una fuerza heracliana
y que por su inteligencia era comparable al mismo Wiracocha
Su sabiduría proveniente de su magnánimo corazón
entendió que tras cada herida hay una lección.
Pues el desdichado era un buscador eterno del amor
y por esa causa muchos dolores hubo de acumular.
Porque en su pecho latía un corazón de fuego,
que se estremece por la pasión.
Cuando hubo echo la paz entre su mente y su corazón,
la voz de su conciencia le hablo en voz muy alta, de esta manera:
Divino Jaiv, tú, el más desdichado de los hombres,
aleja los caprichos de tu alma y no pienses mas
en un amor primaveral, mas aun, recuerda
las palabras de la santa de Calcuta, cuando decía:
Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.
Pues el amor, para que sea auténtico, debe costarnos.
Por eso ahora no puedo parar de trabajar.
Pues tendré toda la eternidad para descansar.
Entonces, Jaiv, después de meditar, las palabras,
que su propia conciencia le dijese,
comprendió en su espíritu, la razón de su existir.

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